Soy un recuerdo olvidado en una memoria senil, un breve vistazo en la esquina del ojo que pasa desapercibido al cerebro. Un sueño inalcanzable que nunca aspiró a ser más que simple vaho en la mente. Soy maga y reina de mundos vacíos e inocuos, una estrella en un universo que ha dejado de prestarle atención a la luz. A ratos muy cortos muero explosionando en mí misma y me convierto en una supernova, pero otras veces simplemente me consumo como un cigarro demasiado ansiado por unos labios cortados y hartos. Soy humo que se desvanece con la fuerza del viento, un suspiro que ansia tener alas pero que se marchita envidiando a los pájaros. El alma de una guerrera encerrada en el tibio cuerpo de una cobarde. Una idiota que juega al quiero y no puedo, al necesito pero temo, al sé que puedo conseguirlo pero tal vez no merezca tenerlo. Soy un mar que se ha quedado sin luna y que comienza a desvanecerse en la sombra de su ancla perdida. Una absurda contradicción que a veces parece lógica, pero a la que la lógica jamás le ha parecido relevante. Soy más de lo que se ve a simple vista, pero menos de lo que parezco. A ratos negra y a ratos blanca, juego con la oscuridad de mi alma para hacerle colores a mi propia luz. Porque ni soy buena ni soy mala, porque soy retorcidamente mala y absurdamente buena.

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Las partes que forman mi alma están aquí expuestas, ¿me muestras algunas de la tuya?