Me nacen cicatrices de los costados desde la columna vertebral
hasta las costuras de mis pechos abandonados.
Rotas, quebradas y blancas. 
Frías.
Dicen que quieren quemar pero que no saben, 
que se pierden en el frío invernal que has dejado con tu marcha.
Dicen que echan de menos tu piel, 
la cura de la sal que la cubría en la cama.
Dicen que no saben dejar de crecer, 
que sin el sol de tu sonrisa buscan ansiosas cualquier rastro de luz. 
Luz que tú has hecho desaparecer sin compasión.
Dicen que se ahogan,
 que sin tu saliva recorriendo sus caminos no saben respirar.
Dicen que no pueden evitar salir a la superficie, 
que el interior de la piel ya está demasiado quemado, 
que ya ni siquiera la sangre coagulada de tu marcha puede saciar su avance.
Dicen que te has ido y me has dejado aquí,
y no pueden evitar venir
y hacerme compañía. 

1 comentario:

  1. Mímalas, tal vez así dejen de doler un poco menos.

    (sonrisa de elefante)

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